martes, 4 de septiembre de 2007

Saborizantes no autorizados

una risa,
mis seteinta y tantos años aquí,
las líneas de la mano
que sin ver viste

donde caminamos sin rumbo
y aproveché tu cuerpo joven

sin temor al cáncer


donde las lecturas de tus ojos
si se ejecutaron
sin el miedo,
sin el miedo,
de haber perdido el presente


porque aqui,
después de todos estos años

elegí estos momentos,
en el paraíso del amarillo crepúsculo

se cierra la puerta,
muerdo tu cuello,
como ácido benzozoico


los demás hablan en la cocina.
naturales.

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