jueves, 21 de enero de 2010

Contra la muerte




Me arranco las visiones y me arranco los ojos cada día que pasa.
No quiero ver ¡no puedo! ver morir a los hombres cada día.
Prefiero ser de piedra, estar oscuro,
a soportar el asco de ablandarme por dentro y sonreír
a diestra y a siniestra con tal de prosperar en mi negocio.


No tengo otro negocio que estar aquí diciendo la verdad
en mitad de la calle y hacia todos los vientos:
la verdad de estar vivo, únicamente vivo,
con los pies en la tierra y el esqueleto libre en este mundo.


¿Qué sacamos con eso de saltar hasta el sol con nuestras máquinas
a la velocidad del pensamiento, demonios: qué sacamos
con volar más allá del infinito
si seguimos muriendo sin esperanza alguna de vivir
fuera del tiempo oscuro?


Dios no me sirve. Nadie me sirve para nada.
Pero respiro, y como, y hasta duermo
pensando que me faltan unos diez o veinte años para irme
de bruces, como todos, a dormir en dos metros de cemento allá abajo.


No lloro, no me lloro. Todo ha de ser así como ha de ser,
pero no puedo ver cajones y cajones
pasar, pasar, pasar, pasar cada minuto
llenos de algo, rellenos de algo, no puedo ver
todavía caliente la sangre en los cajones.


Toco esta rosa, beso sus pétalos, adoro
la vida, no me canso de amar a las mujeres: me alimento
de abrir el mundo en ellas. Pero todo es inútil,
porque yo mismo soy una cabeza inútil
lista para cortar, por no entender qué es eso
de esperar otro mundo de este mundo.


Me hablan del Dios o me hablan de la Historia. Me río
de ir a buscar tan lejos la explicación del hambre
que me devora, el hambre de vivir como el sol
en la gracia del aire, eternamente.



De Contra la muerte, 1964.
GONZALO ROJAS.


domingo, 17 de enero de 2010

extracción y robo consentido de un par de palabras

* dos palabras prestadas y todo lo que imaginé con ellas.

Creo que extraño tus ojos
Tu necesidad inmensa de cariño
Extraño el silencio que muerde la distancia
Donde la memoria susurra
-mi abrazo en tu mirada-

Mi cuerpo busca
apresurada pero lentamente
Que sepas
que mientras no muerda
Tu espalda, mientras no penetre
en lo más profundo de ti
Mientras no susurre detrás de tu cuello,
Este campo florido de Rosas blancas
Seguirá esperando para recorrer tus entrañas
para extraer de tu cuerpo los más suaves gemidos,
Tus manos. Tu boca tu pelo, tu espalda electrizándose

Así, inminente
Los minúsculos átomos
Que me conforman,
Me han pedido hoy

Que luego de recordarte
-quizàs antes de conocerte-
Prenda un cigarro
y en el centro del abismo,
te pida a gritos
que Bebas,
bebas todo

Lo que un dia
Se perdió caminando
Como si nada
Entre hojas de hierba
Y relojes perdidos

Enciendo la luz,
Unos pasos distraen la
Mirada
La segunda piedra
El acuso recibo

Mas allá de donde puedan arder
Cada una de tus verdades
Es tiempo
Que
Te apresures -quema-
Lentamente -apagalo-

para no perdernos,
para no encontrarnos,

o todas las anteriores.

lunes, 11 de enero de 2010

la amenaza de regalar flores

la verdad,
me parece una amenaza terrible,

es como decir, mira,
hoy es un boton, bello hermoso,
dejame amarte ahora,
vivir
aprovechando tu minuto de florida belleza
cuan insecto revolcarme en tu polen

- hoy eres la flor mas hermosa de todas-

pero,
se te acaba el tiempo,
pasa el tiempo
el reloj sigue su camino

comienzan a caer tus pétalos sobre el mantel,
luego viene alguien,
y como si nada

-creo que ya se entiende el resto-

-sigues siendo la más hermosa-
(by the moment)

jueves, 7 de enero de 2010

post avatar

acaso el séptimo?
acaso el séptimo ha de venir
redentor?

a abrirme los ojos,
acaso?
poco a poco

la miopía comienza a dejarme
como se ven los cerros despúes del viento
en la malgastada ciudad

incluso aquí,
es posible ver algunos brotes brillantes,
algunos seres que dieron vuelta su cabeza

para mirar las estrellas

hace falta mirarte a los ojos
hace falta tomarte la cintura

-hace falta-

que los astros rediman
que yo me vaya lejos

sonriendo como siempre
aplastando como nunca

todos esos fantasmas
que hoy
no susurran más tu nombre.

(porque es algo que corre por las venas)

te veo.