sábado, 19 de junio de 2010

Número tres


Aun nadie respira de tu aire
(el realmente tuyo)
Ni te ha extraído de la boca
El beso que solo tus labios pueden dibujar

He podido recorrer todos tus laberintos,
(con una luna mezclada sobre los ojos, lagrimas de plata, petalos de esperma)
Aquellos que ninguna otra boca han de conocer
(bajo los ojos una expresión de espuma)
Por muy  experimentadas
(o simplemente vírgenes que ellas sean)
He cantado junto a tu voz

He recorrido tal y como tu,
Los senderos de la soledad
 con el corazón henchido
(aquí nuevamente me detengo,
Como en los últimos dos poemas,
Este es el tercero, este es para ti,
 este es para nosotros)
una vez lanzado este amor
como un aviso de bomba ,
como un destierro al silencio
puedo sonreír de medio lado
en cualquier parte del mundo

satisfecho
De haber tenido,
(todo de una vez,)
Un amor de aquellos entre los brazos
(y un pigmento  primo del azul descubre tu cuerpo de la niebla)