sábado,
caen desplazados los crepúsculos
arden,
en la soledad de esta tarde
imaginando el sonido de los tacos de tus botas
caminando en la desnudez
reflejando el recuerdo del espejo
aquel en que nos miramos
donde redobla un solo de piano
y mis yemas caigan
suaves como navíos extraviados
por tus pechos
este tango,
debes dejarlo ir por tu cuerpo
hacer que te cierre los ojos del alma
para que susurre en tu cuello,
la voz más secreta de todas
ese suspiro, que baje por tu espalda
se detenga entre tus piernas
y que en ese instante el universo se detenga
y te haga morder el aire
buscarme entre sueños
-con desespero-
así como un ciego
aferrado al ultimo destello de sus ojos
en magnitud
caigas rendida
en el ultimo acorde
la contracción
y los tacones volviendo
por donde entraron.
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