miércoles, 6 de mayo de 2009



devorando infiernos
cerré los ojos al paso de los años
muriendo en otros labios
sonriendo sin ganas
corrompiendome los sueños
mi camino hecho sin saber de ti, mujer

-aprendi a no necesitarte-


de pronto
uno se da cuenta 
que en un momento difuso
-escalofrío-
las vidas,
como una ecuación,
se resuelven

y el destino te trae de vuelta
como la noche al dia

Ambos sujetos se observan:
a una distancia y
a razones equidistantes
en sus ojos se advierten
y no se corresponden
(no se atreven,
no miran sus pupilas dilatadas, 
los individuos se comportan evasivos)*


hasta que encontré la forma de llegarle,
aquí, forrado de pixeles,
los mismos colores, 


aqui estoy,
escribiendo
para que la ecuacion no tienda al infinito
lanzando la última red
la última bengala.
el último llamado,

antes de venir a decir lo mismo 
-otra vez-

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